Las paredes con gotelé fueron comunes durante décadas, pero hoy su presencia limita las opciones de decoración y aporta un aspecto anticuado a cualquier estancia. En este caso, el cliente quería renovar su salón, aplicar un papel pintado decorativo y ganar amplitud visual, pero el gotelé lo impedía.
La superficie presentaba un grano grueso, varias capas de pintura acumulada y zonas irregulares que hacían imposible conseguir un buen resultado sin alisar. El cliente buscaba una solución limpia, duradera y sin tener que hacer una gran obra.
La solución que dimos al problema
Iniciamos el trabajo con la preparación completa del espacio para proteger suelos y marcos. Eliminamos el gotelé mediante una combinación de lijado y aplicación de plaste renovador en capas sucesivas, con lijados intermedios que permitieron dejar la pared completamente lisa.
Una vez imprimada, se aplicó pintura plástica lavable y, en la pared principal, instalamos papel pintado con textura y tonos cálidos, aportando carácter al nuevo salón. Todo el proceso fue limpio y con un acabado profesional.
El resultado fue un cambio total del espacio: más luz, más amplitud visual y paredes listas para cualquier tipo de decoración. El cliente recuperó el control sobre su propio salón, con una estética actual y acabados fáciles de mantener.